jueves, 6 de mayo de 2010

Electra

El Teatro Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria se construyó hace más un siglo y, desde entonces, ha sido un referente artístico y un símbolo de la evolución de la isla que le vio nacer. Tras su última reforma, se levanta de nuevo para acoger a una de las obras más aclamadas de Benito Pérez Galdós, Electra, que tras el éxito de su estreno, en 1901, cambió el nombre del teatro, llamado Tirso de Molina en sus inicios.

Cuando Francisco Nieva asumió el placer y la responsabilidad de versionar Electra, escribió: “Prescindir de la presencia de Galdós, en la escena de nuestro país, constituye un empobrecimiento lamentable. [...] Galdós, como Cervantes, además de su impresionante producción narrativa, cuenta con este magnífico corpus dramático y, como el de Cervantes, nos está pidiendo una resurrección sobre las tablas, con nuevos montajes e interpretaciones, desde una óptica contemporánea. Todo ha cambiado considerablemente en el teatro, artística y técnicamente, el espacio, la luz, el sonido, los conceptos personalísimos de dirección... Un clásico vivo es aquel que mejor se presta a toda libre utilización de su obra y a cambiar de ‘look’ y de maneras según la época”.

Por otro lado, Ferrán Madico, director de esta nueva adaptación, ha declarado: “Hay que reivindicar a ‘Electra’ y a Galdós porque estamos hablando de un gran clásico de la literatura universal”.

Deberíamos ser conscientes de que todos los artistas crean lo mismo de millones de maneras distintas. Poco importa si un texto, una canción o un cuadro nacieron ayer o hace cinco siglos, mientras lleguen a calar en el pensamiento y las emociones de la gente, puesto que todo se reduce a temas universales que no caducarán jamás, ya que son un reflejo de la vida misma. Por tanto, es un error caer en el rechazo hacia toda realización artística que no sea reciente, cosa que desgraciadamente ocurre muy a menudo en nuestros días.

Afortunadamente, el teatro gusta de rescatar aquellas obras que considera inmortales e imprescindibles, bañándolas con distintas aguas y haciendo felices a quienes acudimos a recibirlas con los brazos abiertos.

Esta noche, Electra, Máximo, Evarista, Urbano y demás, han vuelto a nacer con otra puesta en escena, nuevos actores, un toque diferente pero igualmente intenso y melodramático a cargo de Madico y Nieva y, con toda seguridad, un enorme y merecido aplauso final que habrá sonado como el del primer estreno, hace más de cien años.