miércoles, 24 de octubre de 2012

Mi escena favorita... de mi peli favorita (II)


Zoe Berriatúa


Madrid, 1978

Realizador audiovisual (Quédate conmigo, The thing in the corner, Epílogo...), actor (África, Raquel busca su sitio, Volavérunt, Génesis, Cuéntame, El comisario, 11-M...), guionista (Quédate conmigoThe thing in the corner...) e ilustrador (The thing in the corner, Hamlet and a dog...).



¿Cuál es tu escena favorita de tu película favorita?

La creación de la "Falsa María" de la película "Metrópolis", de Fritz Lang (1927), de la versión de Giorgio Moroder de 1984.


Es una adaptación remontada y coloreada con música compuesta por el propio Moroder. También tiene música de Queen y otros grupos. Yo pienso que no es solamente un producto kitsch, sino que va algo más allá.
La palabra kitsch (/ˈkɪtʃ/) se origina en el término yidis "etwas verkitschen". Define al arte que es considerado como una copia inferior de un estilo existente.
La clasificación de lo que es kitsch y lo que no, me resulta verdaderamente apasionante: muchos de los que hoy consideramos los grandes paradigmas del arte han pasado por ser copias de otras obras o tuvieron una notable influencia: Romeo y Julieta fue una versión modernizada de la tragicomedia de Píramo y Tisbe, de Ovidio; Marilyn Monroe fue una identidad falsa creada para la actriz Norma Jeane, identidad sucedánea de otra intérprete llamada Marilyn Miller, también rubia y, en ese momento, muy conocida; Tim Burton debe el estilo de su obra entera a la influencia directa y, a veces, al plagio de un ilustrador llamado Edward Gorey.

En el caso de la adaptación de “Metrópolis”, montada, sonorizada y coloreada caprichosamente por Moroder, lo que tenemos es una versión "violada salvajemente" de la película original, de la cual se habían perdido fragmentos, partituras y el montaje original. Sin embargo, esta "violación" me parece mucho mejor que la original conservada.

Pero... ¿Podemos hablar de una versión "original", cuyo montaje, coloreado, música y algunas secuencias completas... se habían perdido?

Sorprendentemente, en 2008 se encontró, en una filmoteca de Argentina, una copia íntegra en 16 mm del negativo de nitrato del montaje original del director. Al fin podría ver "Metrópolis" completa, tal y como la concibió su creador.

Para mi estupor, cuando en 2010 se proyectó en Sitges la versión recuperada del montaje original del director, pude ver, con gran consternación, cómo los fragmentos eliminados de la versión alemana, con los que soñé durante años... eran en su mayor parte una auténtica ponzoña.
El montaje perdido del director estaba muy bien como estaba: perdido. Y el que todos conocemos como estándar fue el que los distribuidores americanos habían exigido, recortando el original. Ellos decidieron eliminar numerosas secuencias e incluso hicieron desaparecer por completo un personaje, el matón. Lo hicieron muy bien, mejoraron la película enormemente, en mi opinión.

Esto me lleva a conclusiones tales como que el concepto original es un paradigma social frágil, parcial y mutable, tan caprichoso como lo es nuestra emoción.

También me lleva a plantear que para que una obra alcance el proceso de "mitificación", se ha de profundizar por completo en lugares comunes y tópicos en lugar de evitarlos, al contrario de lo que recomiendan hasta la saciedad algunos colegas míos guionistas con actitud, para mi gusto, algo cobarde y autolimitante.
Solo a través de profundizar en el tópico, podremos alcanzar el paradigma del mito.

Nombra otras dos películas que creas que un ser humano debería ver antes de morir.

Voy a ser muy obediente y nombraré dos títulos, ahorrándome tesoros inefables.

"One froggy evening”, la mejor comedia de todos los tiempos, para mi gusto. Un corto de animación fascinante de 6 minutos.


"El señor de los anillos" de Ralph Bakshi, también de animación, con mezcla de imagen real.


Curiosamente es, al igual que la versión de "Metrópolis" de Lang, una película inconclusa. "El señor de los anillos" es acusada frecuentemente de "chapuza" y "cutre" debido a que siguió un proceso incompleto de "rotoscopiado" de personas reales, que habitan bajo los dibujos para que estos tengan un movimiento más realista. El problema es que Bakshi se quedó sin dinero para terminar el proyecto, reduciendo las cuatro horas de película a dos y media, con deficiencias en el acabado.
Dichas limitaciones obligaron a Bakshi a tomar "resoluciones creativas" como convertir a los guerreros de una batalla en siluetas negras contra fondos de colores intensos. El resultado es la película más expresionista, respecto al uso dramático del color, que jamás he visto. Una auténtica obra maestra producida por la limitación, el error y el ingenio.

De esta película, surge otra paradoja filial a la de la autoría de "Metrópolis": el autor, Bakshi, inicialmente pretendió usar su estilo de dibujo (desarrollado en "Wizards", 1977) para "El señor de los anillos", un estilo que considero pobre y amateur. Bakshi nunca fue un dibujante de mi devoción, al contrario que sí lo fue como un brillante director. Gracias a los productores y financieros del proyecto, se rechazó el estilo de Bakshi y éste se vio obligado a buscar uno más realista y lírico.
Tanto en el caso de "Metrópolis" como en el de "El señor de los anillos", los productores, los grandes estudios y los distribuidores, fueron parcialmente responsables del proceso de creación y parte del valor de estas obras se debe a su intervención, en contra del autor.

Quizá la moraleja de esta paradoja sea que, como todos sabemos, las limitaciones obligan al hombre a usar el ingenio y mejorar su idea inicial.

De las tres películas mencionadas, ¿Cuál es tu actor/actriz favorito? ¿Crees que te pareces a él/ella?

No me fijo especialmente en los intérpretes sino más bien en los guionistas y directores. Al igual que, en la música, me fijo más en los compositores que en quienes interpretan sus piezas.

Respecto a actores... Me quedo con Macarena Gómez. Macareno soy, en Macarena creo y a Macarena amo... profesionalmente, claro. El otro amor es para mi adorada mujer.

¿A quién te gustaría parecerte por muy imposible que sea?

Al profesor Manhattan de Watchmen, dueño de una superinteligencia alejada del convencionalismo emocional de los seres humanos, inmune al apego y dedicado por completo a la observación del universo. Me siento subyugado por las pasiones. Creo en otro tipo de felicidad que no logro muy bien entender ni entenderé nunca, pero la vislumbro. Imagino no ser víctima de este presidio de torpes atavismos afectivos que implica ser humano.

Quizá la definición más precisa de mi ideal sea la de un robot. Tengo, de hecho, en mi casa una colección de decenas de figuras de robots míticos de películas, series y cómics.

Tal vez lo que me emociona profundamente de la secuencia de Metrópolis es la conversión de un ser humano en un ser... más elevado.

¿Te atreves a imaginar una escena de una peli imaginaria que te gustaría rodar?

Me gustaría, más que nada en este mundo, rodar la bajada a los infiernos de Enkidu, un héroe sumerio que, después de vencer a todas las huestes de demonios del infierno, decide voluntariamente morir y quedarse allí para permanecer junto al fantasma de su amada muerta, a quien no puede revivir (en la mitología sumeria, los hombres al morir van al infierno, ya que el cielo es privilegio tan solo de los dioses).

Esta historia es, en parte, interpretación mía, sobre el texto original, incompleto y ambiguo en algunos puntos. Una vez más, el tema es el atavismo que produce el apego, que marca dramáticamente nuestras vidas y nos sepulta. Y una vez más también, pertenece a una obra inacabada: "El poema de Gilgamesh", mi libro de cabecera, del cual se han perdido numerosas tablillas y se conservan solo fragmentos.

Es sorprendente la coincidencia de que algunas de mis piezas favoritas, en diversos ámbitos del arte, sean piezas incompletas o parcialmente perdidas, y creo que se debe a su cualidad "interactiva".
Me refiero con "interactivo" a aquello que sugiere en vez de definirse, algo que nos obliga a especular el contenido que falta, como un ejercicio de línea de puntos, una invitación al recurso de la imaginación.

Opino que la imaginación es precisamente lo que nos diferencia de otros animales y lo que nos convierte en seres "inteligentes", no la moral, como dicen los curas. La moral es solo una expresión más de nuestra capacidad de generar ideales e invenciones que luego convertiremos en realidades sensibles.
Me resulta lamentable cómo, en la actualidad, el reino de la imaginación se destina a los niños y cómo el hombre desprecia la fantasía sin saber que es precisamente su don más preciado y lo que le ha convertido en lo que realmente es.

Considero que el hombre ha de aprehender su propia naturaleza, que no debe dejar de cuestionarse el porqué de las cosas en vez de afirmar que tiene las respuestas, dando explicaciones caprichosas y dogmáticas... como hacen las religiones. Creo que las personas crean y creen en las religiones por cobardía y por falta de humildad para reconocer que no tienen ni idea de "por qué estamos aquí". La realidad es mucho más triste y obvia: aún no lo sabemos, pero algún día encontraremos la respuesta.

Por ahora, tan solo contamos con el refugio de nuestros instintos y nuestros "atavismos afectivos"... y, por supuesto, con la materialización de nuestra emoción... el arte, cuya definición y propósito tampoco somos aún capaces de explicar.
Pero algún día podremos.

Sé que me he excedido respondiendo a estas preguntas. Pero tendréis que entender que aquello que conmueve a una persona, aquello que alguien llama "su cosa favorita", entronca con sus motivaciones más profundas.

***************

Información sobre las tres películas:

Metrópolis



One froggy evening



El señor de los anillos


No hay comentarios: